
Conocer las principales diferencias entre la placa de inducción y la vitrocerámica es crucial para acertar en la compra de nuestra cocina. En los últimos años son las que mayor popularidad han adquirido, superando a las tradicionales cocinas de gas. Pero todavía pueden surgir dudas a la hora de escoger una u otra debido al desconocimiento.
Por ello, desde Electroshock, especialistas en electrodomésticos, te traemos las principales diferencias entre una placa de inducción y una vitrocerámica si estás buscando comprar una placa nueva o reacondicionada para tu cocina.
Diferencias entre vitrocerámica y placas de inducción
A continuación, vamos a ver en qué se diferencia una placa de inducción y una vitrocerámica.
Sistemas que usan para producir calor
La primera diferencia que encontramos está en el sistema para producir calor que utilizan. Por un lado, las vitrocerámicas generan calor mediante una resistencia eléctrica, o placa halógena que se calienta con electricidad.
Por otro lado, las placas de inducción se calientan mediante la generación de un campo magnético, que calienta el recipiente directamente en lugar de calentar la placa. Para ello, cuentan con un imán de gran potencia que se acciona eléctricamente.
Rapidez
La velocidad con la que se calientan también es una de sus principales diferencias. Mientras que con la vitrocerámica tenemos que esperar a que la placa se caliente, las placas de inducción pueden alcanzar altas temperaturas mucho más rápido.
Aunque, en ocasiones, el calentamiento progresivo de la vitrocerámica puede ser ventajoso para cocinar según qué alimentos.
Consumo energético
Debido a sus características, las placas de inducción consiguen consumir hasta un 30% o 40% menos de energía frente a las vitrocerámicas.
Seguridad
La seguridad está muy relacionada con el sistema que utilizan para calentarse. En el caso de las vitrocerámicas, al ser la placa lo que se calienta y lo que transmite el calor, alcanza temperaturas muy elevadas, por lo que, las probabilidades de quemarse son más altas.
En cambio, en los sistemas de inducción, la placa también se calienta, pero lo hace a través del calor transmitido por el recipiente. De esta forma, la temperatura es menor y el riesgo de sufrir una quemadura también se reduce.
Limpieza
En relación a la limpieza, guardan mantenimientos similares. Lo que sí es diferente es que con las placas de inducción se pueden empezar antes las tareas de limpieza, ya que su superficie se enfría rápidamente.
Así mismo, cuando se derraman líquidos, es más difícil que se quemen en una placa de inducción, al contrario de lo que ocurre con las vitrocerámicas.
Tipos de recipientes
En cuanto al tipo de recipiente que admiten una y otra, sí que encontramos importantes diferencias. Mientras que las placas de vitrocerámica admiten cualquier recipiente preparado para la cocción, las placas de inducción solo aceptan aquellas de base plana y ferromagnética (acero o hierro fundido). Además, deben adaptarse al tamaño de la zona de cocción de la placa, ya que, si la sartén o cazuela es más pequeña, puede que no la detecte.
Por lo que, en este caso destaca la versatilidad de la vitrocerámica. Podrás utilizar tu menaje de toda la vida, así como determinadas técnicas culinarias.
Precio
Debido a las prestaciones que ofrecen, las placas de inducción suelen ser, por lo general, más caras que las vitrocerámicas.
Elige las placas de cocina que mejor se adapte a tus necesidades
Como ves, las diferencias entre la placa de inducción y la vitrocerámica pueden influir en tu elección. En función de tus necesidades y del presupuesto del que dispongas, será más conveniente una opción u otra.
Es fundamental que consideres a cuál le puedes sacar mayor rendimiento, o si prefieres optar, por ejemplo, por el ahorro energético. Sea cual sea el motivo, ya conoces las diferencias principales entre una y otra que debes tener en cuenta.
Una vez que escojas el tipo de placa para tu cocina, también deberás valorar otros aspectos como el diseño, el tamaño, el número de fogones o las prestaciones.